Bajo un forjado de vigas de madera, con revoltón de ladrillo macizo y más de tres metros de altura, transcurre la vida en este apartamento.
La vivienda, de 95 metros cuadrados, cuenta con dos dormitorios, dos baños completos y cocina abierta al salón.
El pavimento laminado de madera en espiga combina con las tonalidades del forjado y el acabado madera de la cocina.
En los baños se ha optado por los acabados pétreos de Porcelanosa, con los que se consigue aunar vanguardia y tradición.
En las paredes cubrimos con tonos claros que combinan con los revoltones y los acabados en madera. La iluminación indirecta se acompañamos por la suspendida desde los mismos forjados.
Las tonalidades cálidas de la iluminación acompañan la estancia en los dos dormitorios.